OPINIÓN
El nuevo tributo del plástico, más presión para la industria alimentaria
16/01/2023

La entrada en vigor el 1 de enero del nuevo gravamen al plástico está levantando ampollas en la industria alimentaria.
Se trata de un tributo que aplica a la utilización de envases no reutilizables que contengan plástico; lo que se traduce en buena parte de los productos que componen la cesta de la compra y genera, con toda lógica, un más que fundado -y previsible- temor a un encarecimiento notable de los alimentos.
De hecho, diferentes asociaciones sectoriales, entre ellas FIAB, la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas, cuantifica en 690 millones de euros el impacto directo del Impuesto Especial a los Envases de Plástico no Reutilizables a las compañías del sector, y eso sin contar el de la Responsabilidad Ampliada del Productos, que podría suponer un incremento adicional de 1.150 millones de euros. En un comunicado, la propia entidad afirma que “en las circunstancias actuales, con costes energéticos inasumibles y con una inflación al alza, un nuevo impuesto es inasumible para las compañías del sector”.
De todos es conocido que el objetivo de este tributo es reducir el consumo de plástico de un solo uso y fomentar la economía circular, es decir, la reutilización y reciclaje de materiales. Nada que objetar, en tiempos de especial y obligada sensibilización con el medio ambiente. Sin embargo, como vemos, esto ha tenido un impacto en la industria alimentaria, ya que muchos productos alimentarios se venden en envases de plástico de un solo uso. Existe una preocupación real entre algunos sectores de la industria alimentaria, que temen que el aumento del precio de los productos pueda afectar a su competitividad en los mercados exteriores, puesto que España es el único país de la UE que aplicará este tributo, y, por ende, a la demanda de sus productos.
Así pues, ¿es posible encontrar un equilibrio entre sostenibilidad y economía real? Para hacer frente a este impuesto, muchas empresas de alimentación han tenido que aumentar el precio de sus productos o buscar alternativas más sostenibles a los envases de plástico. Algunas empresas han optado por utilizar envases reutilizables o biodegradables, mientras que otras han adoptado prácticas de reciclaje más eficientes. Sí, medidas como esta ayudan a fomentar una mayor conciencia social sobre el impacto ambiental de los envases de plástico, pero es innegable que generan preocupación entre algunos sectores de la industria alimentaria debido al aumento del precio de los productos y pueden poner en riesgo, incluso, la viabilidad de algunas empresas.
Desde InfoPack somos conscientes desde hace tiempo de las dificultades que tiene el tejido empresarial para equilibrar su estrategia circular con la vertiente económica, capital en cualquier negocio. Unas dificultades, hay que añadir, que en muchas ocasiones son fruto de la actividad normativa de las diferentes administraciones, desde la europea a la autonómica e incluso local, pero que, al mismo tiempo, impulsan a la innovación para buscar alternativas más ecológicas.
Por esta razón, creo que es responsabilidad, desde esta tribuna, llamar a la calma y estudiar dentro de unos meses el impacto real de este tributo en la industria alimentaria y, como consecuencia, en la del packaging. Por mi experiencia, no me cabe duda de que la innovación siempre se abre paso y consigue sortear cualquier desafío. Sí, incluso el de una mayor presión fiscal. Veremos.
¡Felices Fiestas y Próspero Año Nuevo!
Fco. Javier Romero
Editor jefe de la Revista Infopack
